PRESENTACIÓN DE “DOS MANERAS DE MIRAR”
En “Dos maneras de mirar” hay varias alegrías.
La alegría de concluir un proyecto de varios años de trabajo, en el que es imprescindible el entendimiento, la perseverancia y no poca disciplina; y la alegría simbólica de que dos personas diferentes en sus maneras de pensar, que seguramente votarán a partidos políticos distintos, hayan conseguido crear una obra tan rica y unificada.
Al no percibir la vida como una guerra en la que se busca derrotar al que opina distinto, todos salimos vencedores y nadie vencido. Este libro nos demuestra que es posible un país “donde entendernos sin destrozarnos, donde sentarnos y conversar”, como cantaban Víctor Manuel y Ana Belén. Cari y José Ángel, en esta obra, hacen realidad ese sueño. Y lo hacen de forma tan natural que pareciera lo más fácil del mundo.
“Dos maneras de mirar” es un libro de haibun, es decir, de prosa con sabor a haiku y que suele incluir uno o varios haikus. A este respecto es importante comentar que José Ángel es el autor del primer libro de haibun publicado en castellano: “Haibun del llano”, en UNO, la misma editorial que publica “Dos maneras de mirar”.
Cari y José Ángel son miembros de la AGHA (Asociación de la Gente del Haiku en Albacete) y siguen el camino del haiku o Haiku-dô, es decir, el cultivo de un haiku vivido y sencillo, donde el yo se deshace hasta dar la sensación de que desaparece para dejar paso al motivo del haiku, que casi siempre suele hallarse en la naturaleza.
llueve,
resuenan en el aljibe
las primeras gotas
*
de repente
flores y flores de almendro:
¡qué luminosidad!
También es cierto, y así sucede en este libro, que hay haikus (muchos de los cuales podrían denominarse senryus) que atienden más al mundo de lo humano, casi siempre con un leve toque de humor:
luna llena,
se resbala del guante
un caramelo
*
tarde de verano;
todos echan la siesta
menos los niños
“Dos maneras de mirar” nos presenta 45 haibun, 22 de cada autor y uno, el epílogo, escrito al alimón. Está dividido en cuatro partes:
-Momentos de la infancia.
-Recuerdos de juventud.
-Y toca madurar.
-Las dos miradas.
Como lector he decir que me ha resultado fascinante detectar esas dos miradas, tan distintas y tan bien avenidas. Por poner un ejemplo, José Ángel, en uno de los textos, nos habla de su mili en Melilla. Cari, en otro, de sus participaciones en aquellas manifestaciones del MOC (Movimiento de Objeción de Conciencia) que colaboraron a que el servicio militar obligatorio, después de más de dos siglos, pasase a ser voluntario en España. Al final de estos textos, de títulos muy afortunados (“Una mili regular” y “La no mili”) José Ángel y Cari, como buenos cultivadores del haiku dô, vuelven la mirada a la naturaleza y nos obsequian estos dos haikus magníficos:
cielo,
mar y casas
de distintos azules
*
regando la acera
con el cubo,
el chapoteo del agua
Se complementan y enriquecen, como ya hemos apuntado, estas dos formas de mirar y de escribir. Los textos de José Ángel suceden casi todos en espacios y tiempos cotidianos con especial atención a la familia, los amigos y las fiestas. Ya sus títulos dan una idea clara de su mundo temático. Por ejemplo:
-Patio.
-Velatorio.
-Fonda Oriental.
-Instituto.
-Santa Rita.
-Viento del cementerio.
-Borrachera dormida.
-Semana Santa nocturna.
-Día de difuntos.
-Nochebuena vacía.
En Cari abundan los textos de viajes al continente americano y también concede importancia, y en esto coincide con su compañero, a la familia, amigos, festejos y celebraciones. Veamos algunos de los títulos de sus textos:
-Soguilletas.
-La matanza.
-Palenque y Ocosingo.
-El gaucho.
-¿Suicidio? en Iquitos.
-En el invierno porteño.
-Semana de Pasión: el silencio religioso.
-La larga borrachera.
-Todos los Santos.
-Por el paseo de la Feria.
-Encendida la Navidad.
Como podemos comprobar, alguna diferencia y muchas similitudes, entre ellas los dos textos que tienen como motivo una borrachera.
Y es que tampoco faltan momentos en ambos de risas, de amistad compartida, en definitiva, de alegría de vivir. Ahí, estas dos miradas diferentes confluyen y se hermanan definitivamente. José Ángel y Cari, Cari y José Ángel, qué placer leeros y qué placer, más grande todavía, disfrutar de vuestra amistad y vuestro amor por la vida.
Enhorabuena.
Frutos
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