Como cada año, el 28 de diciembre nuestro gran investigador de la AGHA Elia-dô, nos sorprende con nuevos hallazgos sobre el gran Shiki-tô de la Kalza-dô. Este año son 4 haibun y también los podéis leer en El Rincón o en Paseos. Los enlaces son:
ERDH
Paseos.net
Sendas de Oku-pa-dô
Los meses y los días son pasajeros de las edades, siendo también viajeros los años, que van y vienen. Para los que dejan flotar su vida sobre un barco o envejecen llevando los frenos de los caballos, todos sus días son viaje y hacen del viaje su morada. Yo, por ejemplor, me voy hacia Bonanza como un fistro de la praderar. Atriquitrán trán trán, el condimor acelera que viene la menetérica. Bien cargaditor y ¡con más tonteridas que el neceser de la abuela de McGuiver!
Esta senda de Oku
ya nadie la recorre
salvo Gromenawer y su cuñado comiendo langostinos
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Miá nenico que t’endiño con l’azá
Ese peaso de ninio que en vez de diploma tiene una etiqueta de Anís del Mono, y tras comerse tres kilos de Miguelitos y dos de Rocas Amalia dice: Mamár, Papár, no puido no puido, tengo pupita diodenar y voy a estallarrrrrrr.
- Hijo no te preocupes y métete dos dedos al fondo de la boca y gomita…
¡Si me caben dos dedos
me cabe un plátano!
Canta la alondra
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Un serón pa el regomello (y el reconcome) de seis palmos de ancho
Es primavera. Con el aroma del romero y el zumbido de los abejorros, aquella mañana volvía a ser una mañana especial. Voy disfrutando de los animalitos que son más pequeño que el walkman de Davirr el gnomor, pero ¡cuidadorrrr! que algunos tienen más peligro que un Gremlin comulgando en la Misa del Gallo. Camino y sigo sin ver ni un chiringuito. Así, gasto menos que un japonés en boinas ¡jarrrrrrrrr! Me tropiezo con todo, que tengo menos reflejos, que un espejorrr de corchorr, pero tengo más cabeza que un puesto de muñequitorrr. Yo sigo caminando y con tanto mosquito que no puedo matar, porque soy muy güeno, debo estar ya más “picao” que el bonobus de Willy Fog y luego a luego voy a parecer un haaijin más falso que lucas Grijander disfrazado de argamboy.
¡oh! Cuántas veces pregunté
qué espesor tenía la nieve;
k’estoy ya congelao, joeeeeer
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Como soy un ínclito y conspicuo haijin, además del más humilde de los mortales, siempre cumplo con las recomendaciones de mi maestro, y nadie me gana. ¡Nadie he dicho! Ejemplo de ello, y de cómo soy capaz de aparcar mi ego, este haibun …
La total ausencia del yo (y del llo)
Desayunando un -gur con unas lonchas de jamón de -rk y algo de pechuguita de po-, recoloco la figura del came- de Baltasar que está junto al arro-. No creo que sea algo de Perogru- ni que me repita como un papaga- sí por más que ensa- no termino de aprenderme los haikus de la genial Chi-. Haré -ga para olvidar el aroma del capu-. Cuentan con mi apo- mi toca- Masaoka y su esposa -landa cuando juegan al - - -. Sigo pues con mi bo- terminando el desayuno, y finalizo con este fascinante y nunca bien ponderado haiku.
Junto al arro-,
un cucli- canta.
Sigue -viendo
¿Qué? ¿Soy o no soy humilde?
©Shiki-tô de la Kalza-dô