Siempre es un placer escuchar a Frutos Soriano. Hemos rescatado de la red esta entrevista que le realizaron dos alumnas del IES Amparo Sanz, de Albacete. La copiamos íntegramente para los lectores de este blog, con un enlace a su fuente original, el IES Amparo Sanz, de Albacete
"Para escribir un haiku hay que tener alma de niño. El teatro me hace sacar los demonios inconscientes que llevo dentro"
Sara Mateos y Nieves García - Jueves, 23 de abril de 2015
PREGUNTA. ¿Por qué el haiku? ¿Qué le hizo empezar a mostrar interés por los haikus?
RESPUESTA. Mi amigo Ángel Aguilar es un poeta albaceteño al que siempre he tenido mucho cariño y he considerado mi maestro. Un buen día del año 85, Ángel me regaló un librito de haikus japonés en aquella época solo existía en Japón y me encantó. El haiku es una poesía japonesa muy peculiar, una poesía rara pero muy bonita. Desde entonces me ha gustado mucho. Es una estrofa que son normalmente tres versos que pueden ser dos y uno. Tiene una cosa muy bonita y es que el haiku es solamente lo que ves, lo que oyes y lo que hueles, es una poesía muy simple, muy contemplativa, es como una poesía de la naturaleza. Y yo, que soy una persona que siempre estoy dándole vueltas a las cosas, muy mental me cautivo mucho, me hacía que paseara, me fijara en los fenómenos de la naturaleza, y eso me provocaba mucha tranquilidad.
Haikus siempre me han devuelto la calma, me han hecho que pasee, que observe los fenómenos de la naturaleza.
P. ¿Qué hay que saber para escribir un haiku?
R. Es fabuloso porque no hay que saber nada. Para escribir poesía primero tienes que tener la inspiración y que te guste, que te salga de dentro. Pero luego también tienes que aprender a escribir, redactar bien, medir los versos, tener ciertos conocimientos La poesía es un trabajo de cierta complicación. El haiku es más simple, tanto que lo puede escribir un niño. Y de hecho, la Asociación de Gente del Haiku en Albacete (AGHA), en la que yo presido desde hace ya muchos años, tiene muchos talleres en colegios y los niños escriben haikus fabulosos. Por ejemplo me acuerdo de una chica que era alumna de este centro, Leire. Recuerdo que escribió un haiku para uno de los periódicos que yo hice con ellos que decía algo así como:
En el patio del colegio ha nevado
hay bolas para todos.
P. Usted tiene ya una gran experiencia escribiendo haikus, ¿qué pasos hay que dar para escribir un haiku?
R. Hacerse con un libro, o bien de antología de haikus o incluso un libro que enseñe a hacerlos. También se puede pedir un taller para estudiantes de haiku a la AGHA.
P. ¿Qué cree que pueden aportar los haikus a los jóvenes lectores?
R. Primero que como son tan sencillos, es una forma de enfrentarte a la poesía muy directa muy simple. Puede ayudar a los jóvenes a introducirse a la poesía. Es curioso que, cuando vas a un colegio, a todos los niños les gustan los haikus. Sin embargo, en un instituto, hay algunos adolescentes a los que les llama la atención y otros a los que no. Y luego están los adultos, a los que no les llama tanto la atención. En cambio a las personas de la tercera edad les encantan los haikus. Para escribir un haiku hay que tener alma de niño. Si eres muy intelectual, esta poesía no va contigo.
P. ¿En qué lugares se siente más inspirado para escribir?
R. Cuando paseo o hago deporte, especialmente por el campo, llega un momento en el que ese barullo mental que tiene uno se para, la mente recupera energía y ahí llegan los haikus. Por ejemplo, un haiku que escribí cuando paseaba por delante de mi casa una mañana muy fría fue:
Mañana helada,
alguien dejó comida
al pie del árbol.
Si vas muy deprisa este detalle te pasaría inadvertido. Pero si vas tranquilo y relajado le encuentras el sentido. Te imaginas que alguien ha dejado comida a los animales para que puedan sobrellevar mejor el frío, en un gesto compasivo que te emociona. También escribo mucho cuando hago viajes largos. Al conducir, la mente se vacía y se te ocurren cosas
P. ¿Ha viajado alguna vez a Japón?
R. No, esa es una de mis asignaturas pendientes. De la Asociación de Gente del Haiku en Albacete, solo Elías Rovira, vicepresidente, ha viajado a Japón por motivo de una entrega de premios de haiku en la que había quedado primero y que se celebraba allí. A pesar de que el haiku nació en Japón, no es necesario ser japonés ni conocer la cultura japonesa para escribir haiku.
P.¿ Qué autor es su referente?
R. En haiku, muchos, todos los clásicos japoneses. Pongamos por ejemplo Matsuo Basho, el poeta que inició el haiku en Japón en el siglo XVI. En poesía, mi compañero Ángel Aguilar de Albacete, Eloy Sánchez Rosillo, poeta murciano y José Luis Parra, valenciano. En novela, Eloy Cebrián, también escritor albaceteño, ha escrito obras buenísimas como “Bajo la fría luz de octubre”, una novela muy adecuada para jóvenes de vuestra edad, trata sobre la Guerra Civil contada por una niña, lo que hacer muy tierno el relato; y “Madrid 1605”, muy apropiada para este 400 Aniversario de la publicación de la segunda parte de El Quijote, ya que trata sobre este personaje. Yo la recomiendo porque es una novela de ocasión, preciosa y que recuerda un poco a la serie de televisión que se está emitiendo ahora “El Ministerio del Tiempo”.
P. ¿Podría hacer un haiku para ECOS?
R. Si, este me parece muy adecuado para vosotros
A la rotonda
ha llegado también
la primavera
R. Y también este otro:
En el ribazo
entre flores amarillas
una amapola.
P. Estamos muy interesados en la escritura periodística, ¿Qué opina del periodismo hoy en día?
R. Primero hay que tener mucha energía y ser personas fuertes. Es muy importante escribir muy bien, tanto el tema de la ortografía como la redacción. Los que escribimos, pero no somos periodistas tenemos la suerte de que tenemos mucho tiempo, pero el periodista tiene que tener una habilidad especial. Uno de mis periodistas favoritos hoy en día es Iñaki Gabilondo. En la actualidad, es muy importante que, como se habla mucho de política, si eres periodista tienes que ser también buena persona, es decir, no dejarte llevar por los prejuicios y rencores sino como se hace una labor social, ser objetivo.
P. En octubre de 2014 se estrenaba en “Ea Teatro” de Albacete su trabajo: “Bécquer en Wyoming”, en el que combina teatro y poesía. ¿Nos puede comentar algo sobre su obra?
R. Sí, fue una obra muy gratificante para mí porque la hice con mi hijo Ezequiel. Mis dos hijos, Clara de 24 años y Ezequiel de 19 han estudiado aquí, en el IES Amparo Sanz. A Ezequiel, como a mí, también le gusta escribir y cuando él tenía 18 años comenzó a escribir poesía y empezamos a colaborar. Fruto de esa colaboración, surgió “Bécquer en Wyoming”. Ezequiel y yo fuimos al Monasterio de Higueruela, al pie de Moncayo (Soria), una zona donde Gustavo Adolfo Bécquer había estado. Estuvimos una semana en la Casa del Poeta, una especie de casa rural solo para poetas que puedes alquilar durante el tiempo que necesites para inspirarte y pasear por donde había vivido Bécquer. A la vuelta, Ezequiel tuvo un sueño en el que uno de los responsables del Ea Teatro, José Luis Zafrilla se había convertido en Bécquer y Ezequiel hablaba con él en un banco del colegio José Serna. Este sueño me llamó mucho la atención. La obra va de un chico al que su novia ha dejado, se emborracha y se pone música del Oeste en el ordenador. Entonces, se queda dormido y el sueño le transporta al Oeste Americano, donde conoce a un pistolero llamado Gustavo Adolfo Bécquer, a su mujer cabaretera, y a un borracho, que es el amante de su mujer.
En mayo volverá a haber pases de esta obra en el EA Teatro.
P. Poesía, teatro, haiku, narrativa. ¿Dónde se encuentra la esencia del escritor que lleva dentro?
R. En todas ellas. Quizá el haiku es lo que a mí más me satisface porque cuando escribes haikus te sirve también como un camino de relajación y es muy gratificante. Luego, el teatro, que es en lo que más metido ando ahora, es un poco más sufrido porque me hace sacar los demonios inconscientes que llevo dentro. Siempre hablo de esto con humor, pero cuando uno se hace mayor se va dando cuenta de que, a pesar de que la vida es hermosa, tenemos muchas heridas de la infancia, por ejemplo. Yo considero que el arte es un instrumento para sacar esas heridas que llevamos dentro y sanarlas.
P. ¿Cuál es su libro favorito?
R. En poesía, “Las cosas como fueron” de Eloy Sánchez Rosillo, una recopilación de sus primeros libros. En teatro, “La taberna fantástica” de Alfonso Sastre. Es una obra que transcurre en una taberna de un barrio madrileño, como podía ser El Cerrico o Las Seiscientas. Parece mentira cómo se puede llegar de forma tan auténtica a transmitir ese lenguaje de barrio, esa vida tan dura. Es una obra que me maravilla. En novela, leí “El Quijote” entero a los 18 años y es un libro que me encanto, siempre lo digo. Otro libro que me marcó muchísimo fue “El Señor de los Anillos”, tanto la saga de libros como las películas. Y me gustó tanto que mi último libro publicado con mi hijo Ezequiel, tenemos varias referencias a “El Señor de los Anillos”.
P¿De todos los libros que ha escrito cual nos recomendaría?
R.Yo creo que el libro de haikus y la obra de teatro creo que es lo que más os gustaría, hay poesía hay música porque se aprende mucho de la vida del escritor Bécquer representado en la obra por un pistolero loco.
Frutos Soriano nació en Albacete en 1960. Trabaja como bibliotecario en la universidad de Castilla-La Mancha. Es miembro fundador de las asociaciones Gente del Haiku y La confitería, y es presidente de la Asociación de la Gente del Haiku en Albacete, ya que está siendo uno de los mayores difusores de esta composición poética Japonesa desde la década de los ochenta.
Su primera obra publicada en este género es Diario de un holgazán, donde se encuentran Cuando no hago nada y papel de fumar. Y su última obra en solitario de este mismo género es Vuelve Shane.
Ha participado como coautor junto a Ángel Aguilar en Haikus del parque y con Susana Benet en Un viejo estanque. También ha escrito diversas antologías como Gárgola donde comprende poemas entre el año 1982 y 1992. En el género narrativo se encuentra su obra Historia de un Lum, además ha escrito artículos periodísticos entre los que destaca La siesta del lobo.
He citado estas líneas de su Carta al frío porque me ha impresionado su manera de describir el frío de manera que siendo agradable e incluso esperado para algunos como los que practican esquí, para otros resulta ser una pesadilla como las gentes que se ven atrapadas en sus casas debido a la nieve.
“Sé que no todos piensan lo mismo de ti, frío. Que yo he tenido suerte y, lo que para mí es una caricia dulce que me reconforta, para otros ha sido garra mortal”.(NIEVES GARCÍA CAMBRONERO 4ºB. Datos investigados para el Proyecto Biblionet, 2015)
(Texto copiado íntegramente)